Uribana como política de Estado

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Héctor Babenco podría filmar en Venezuela una secuela de su película, «Carandirú». No sería un largometraje de ficción sino un documental en proceso de producción dentro de los penales del país, bajo la dirección de la carcelera mayor, Iris Valera.
Fuera de chiste, la realidad vuelve a superar al drama del cine ante la masacre de Uribana, el último reclusorio criollo devenido en campo de concentración, para hacer una cómoda limpieza étnica de hombres olvidados por la justicia, criminales y víctimas de un sistema democrático ineficiente.
De nuevo se repite el modelo implementado en la Planta, Yare y el Rodeo.
A la primera le encajaría la frase de «error humano». A la tercera y la cuarta, cabe definirla como una política de estado.
No les quepa la menor duda. Al respecto, comparto una tesis.
El gobierno hace una escabechina escándalosa cuando la situación se le pone dura y quiere infundir miedo en la sociedad civil.
Siempre ocurre lo mismo en tiempos de olla de presión.
Por menos, la Ministra debió renunciar al cargo. Sin embargo, en el mundo al revés, la consideran una funcionaria eficiente, por aniquilar a gente indeseable. Así la revolución perpetua prácticas fascistas condenadas en el pasado.
A propósito, John Manuel Silva identifica la situación con la matanza del 27 de febrero, la mentada fecha de nacimiento del movimiento chavista.
Hoy el reinado de Hugo comparte la metodología de CAP para instrumentalizar a la Guardia Nacional con fines de exterminio colectivo.
En paralelo, los grupos encapuchados del 23 de enero instauran su regímen de terror, lanzando a pobres inocentes por la ventana, como forma de amendrentar a la ciudad. Es un mensaje claro a cualquier manera de disidencia. A tener cuidado entonces.
Los verdaderos Pranes andan sueltos y les ineresa crear caos, sosobra y confusión.
Es un pote de humo conocido. Lástima por sus consecuencias a corto plazo.
¿Hay futuro?

3 Comentarios

  1. Es, sencillamente, aberrante lo que estamos viendo. La práctica facista se expande cuando la Ministra, como dice el activista por DDHH Nieto Palama, escurre el bulto al echarle la culpa a los medios de comunicación. Una vez más, como en el guión de «El Caracazo» de Chalbaud, los militares quedan absueltos de toda culpa.

    La práctica facista se acentúa con la entrada en vigencia en enero de este año, de un Decreto que degenera aún más al COPP: Suprime el derecho de las víctimas de ser oídas por el tribunal antes de dictar cualquier decisión que ponga fin al proceso o lo suspenda condicionalmente. Aun cuando les reconoce el derecho de ser informadas de los avances y resultados del proceso solamente cuando lo soliciten, no obliga al Poder Judicial a informar a las víctimas. Elimina la posibilidad de que las víctimas deleguen el ejercicio de sus derechos en una asociación de protección o ayuda a las víctimas, estableciendo que podrán delegar sus derechos sólo en la Defensoría del Pueblo o en el Ministerio Público, impidiendo la participación de organizaciones no gubernamentales en la atención a las víctimas. Se limitan los derechos de las personas imputadas, que ya no tienen la posibilidad de comunicarse con una asociación de asistencia jurídica para informar sobre su detención y evitar o denunciar prácticas de tortura y suprime el derecho a no ser juzgado o juzgada en ausencia.

    Aunada a esta terrible realidad, vuelve a vapulearse la constitución venezolana en su artículo 272. Mientras tanto, los señores Maduro y Cabello con el coro del Ministro Villegas, sólo se preocupan de su «magnicidio» y viajan a placer. La Sra. Varela, con más de 700 muertos en su prontuario por dicho Ministerio, baila merengue en una tarima en el 23 de enero para celebrar la única vida que es valiosa para el chavismo: La de Chávez.

    Un horror. Un horror total. El retroceso continúa.

  2. Lo peor es cuando uno ve comentarios de mierda como: «esa gente no es humana y deberia ser exterminada» y con eso concluyen todo el asunto. Cuanto simplismo moral, carajo!

  3. Si hay una cosa que dejarle en claro a la Sociedad Venezolana bien pensante es esta:

    La muerte incidental NO ES JUSTICIA. Apoyar o aprobar que ocurra como cosa deseable es COBARDIA PURA. Y MAS DE LA MITAD DE LO QUE HACE A ESTA SOCIEDAD VENEZOLANA BARBARA! NO ES SIMPLISMO MORAL, ES AMORALIDAD!

    Mira, si resulta de un atraco o atentado frustrado que uno o mas de los agresores resulten muertos, solo puede uno sentirse aliviado que fueron ellos y no la victima / vigilante / ciudadano armado, que la suerte y el valor acompañaron al inocente. Es penoso que ocurra una muerte tragica. Y acepto incluso que hasta se filosofe resignadamente «Quien los manda a malandros…», «Se lo estaban buscando con esa vida…» porque viene siendo verdad. Pero eso no es justicia. Es suerte.

    Si quieres colgar a alguien de un poste, si no eres el «valiente» linchador que juzga culpable, tira la cuerda por sobre el poste y se la pone en el cuello a un tipo aterrorizado, al menos sacatelo de tu alma diciendo que SI APOYAS LA PENA DE MUERTE (Yo no!). Previo juicio por lo menos.

    Pero que se consienta SIQUIERA que un preso sea asesinado en prision! Basta que señale que la mayoria de los presos en prision NO han sido sentenciados, y que de esos, la mayoria es por delitos menos que violentos, y ya se cae el argumento. PERO AUNQUE FUERAN TODOS ASESINOS LOS QUE MUEREN EN UN PENAL VIOLENTO, ESO NO ES JUSTICIA. ES ASESINATO, ARBITRARIO, AZAROSO e INDISCRIMINADO.

    Consentir que asesinen a alguien en un penal es consentir que asesinen a alguien en cualquier sitio.

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