Hatillarte 2011: No Todo es Lo Que Parece

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A las siete de la noche consultamos el Twitter para sondear la opinión de la gente sobre «Hatillarte». Solo la alcaldesa,Myriam Do Nascimento,hablaba del tema mientras colgaba sus fotos en red al lado de algunas obras,cual turista de su propio municipio o una víctima fashion de la política esnobista a través de las redes sociales.
En ambos casos,su imagen era ingenua y un tanto cursi.De resto,nadie comentaba el inicio de la actividad,cuyo poder de convocatoria fue inferior al de las dos ediciones anteriores,por el hecho de competir con el horario de transmisión de «Miss Venezuela»,el show de mayor rating en el país.
La farándula criolla renunciaba a su cita con la cultura de salón,de feria y de centro comercial,para rendirse al encanto del show de «Sábado Sensacional» de Osmel Souza.
La parte positiva del asunto consistía en descubrir el fácil acceso hacia los diversos módulos de la exposición colectiva,dividida entre las muestras de 11 galerías y las innumerables propuestas de calle de diferentes creadores.
Lo negativo radicaba en la confirmación del «deja vu» y el ingenuo sentido de la estética de la curaduría.
Igual,como nos diría un estimado amigo:»si vienes con las expectativas en bajo,te puedes divertir».
En efecto,no la valía la pena exigirle peras al olmo de «Hatillarte»,versión «naiff» de «Por el Medio de la Calle», con ambiente familiar y menos caos alrededor,aunque las similitudes de forma y fondo son evidentes.
Las dos comparten una visión idealizada del oficio y la profesión, para el regocijo de una bohemia domesticada y aislada del contexto, en beneficio de una reivindicación artificial del entorno urbano.
También es una manera de alentar el consumo de un mercado en crisis,donde los partidos organizadores del «proyecto» sacan provecho directo por concepto de recaudación de impuestos.
Por consiguiente,es una trama harto conocida,pero disfrazada de «verbena» de la bondad y simulacro de la redención humanista,gracias al bálsamo de los inspirados por las musas.
Por cuestión de un par de horas,asistimos así a la proyección a gran escala de un teatro social,emplazado para seguir creyendo en la utopía y el sueño de una Caracas glam,de una ciudad de lo posible,al margen de las terribles y violentas contradicciones de la polis real.
Entramos a un terreno paralelo del gusto y el placer,instrumentalizado para glorificar y recibir pasivamente las ofertas del repertorio clásico.
Ello exige un pacto de tolerancia(a veces con el kistch) y una neutralización de nuestro sentido crítico. Es la única fórmula admisible para disfrutar del recorrido, sin volverse loco por la cantidad de disparates,cachivaches y objetos inconsistentes,salvo contadas y honrosas excepciones.
Mis salas favoritas:la de Galería 39,la de Ochava Arte y Diseño,la de Galería Utopía 19 con «Las Eternas Mujeres de Zapata». Si bien las caricaturas de Pedro León son las de costumbre, su calidad visual destaca muy por encima de las demás individuales y colectivas.
«Impúdicos» de Azularte llenó las sanas expectativas del respetable.
Por último,Taller de Zulay se garantizó una acogida tremenda, por su amena interpretación y relectura de «Alicia en el país de las Maravillas».Yo me la vacilé a pesar de los desniveles y desigualdades del conjunto.Mención aparte para el impecable trabajo de Adriana Rodríguez para su firma,»Bara Dúo».
En cuanto al programa del asfalto,apreciamos el tragicómico y simpático homenaje a Amy Winehouse,con una chica «rehab» quien cargaba una botella en la mano al son de los temas de la cantante.Los toques a ras de suelo embrujaban a la masa, con sus tonadas ligeras y frescas,ejecutadas con verdadera pasión.
«El Pensador» de Gabriel Meza,una pieza de corte monumental,hizo las delicias de propios y extraños,amén de su curiosa presencia y su dimensión de totem mesoamericano.
Aparte, la concurrencia gozó con las intervenciones de los felinos y leones del acervo pop, al montarlos y retratarlos a diestra y siniestra.
Al final y fuera de las discusiones ya aludidas, «Hatillarte» justificó el viaje y el desplazamiento de los peatones. Hubo seguridad, cordialidad y oportunidad de conseguir puertas abiertas al futuro de la expresión vernácula.
Ojalá en el 2012, lo lúdico y figurativo no se divorcien de lo abstracto, experimental y retador.
Esperemos hallar su conjunción en la cuarta entrega del evento.
Le deseo a Hatillarte una evolución y un crecimiento digno.

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