Benedicto no tienes escrúpulos, yo que se los digo. Constantemente nos deja ver que hay muchas motivaciones turbias, o por lo menos muy poco cristianas en su proceder. En su oferta a los anglicanos la cosa es demasiado obvia: por la plata baila el mono.
Utilizamos cookies para asegurar que damos la mejor experiencia al usuario en nuestro sitio web. Si continúa utilizando este sitio asumiremos que está de acuerdo.Estoy de acuerdo