La Tentación del Soneto

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La tentación del Soneto

William Guaregua

Después de haber publicado por mi propia cuenta tres libros de poesía en verso libre y de mantener inéditos otro par me preguntaba a mí mismo si hubiese podido escribir versos con una estructura clásica de hace ya más de 500 años, en estos tiempos en los que cualquiera que garabatee unos versos y tenga buenos jalacontactos con algún funcionario del gobierno puede ser “incluido”, publicado y puede llamarse a si mismo poeta. De cualquier manera un músico que se respete acude a los clásicos para afianzar sus conocimientos y por allí aún resuenan las voces de Góngora, Quevedo y Lope de Vega. Es más, nadie que le de golpes aleatorios a una guitarra o sople un oboe como le venga en gana bien podría llamarse músico. De aquellos polvos de mis malsanas preguntas vienen estos lodos en estructura de soneto que a continuación les muestro:


I

Pasan siglos como agua por el río

Y el hombre nada ha cambiado

El ego en sus adentros sembrado

Como una hiedra en el muro frío

Que intenta cubrir el gran vacío

Que todas sus creencias han dejado

Y lo miramos siempre angustiado

Frente a un mundo de desafíos

El Yo como un arma de defensa

Para herir todo lo que difiere

Sin asumir que aquel otro piensa

Como pueden hacerlo otros seres

Y toma el camino de la guerra

Donde la esperanza siempre muere.

II

Buscamos en el espacio respuestas

Al por qué de nuestra sola presencia

Y cada vez miramos más ausencia

Sólo estrellas, lejanos planetas

Y por la tierra el hambre acecha

Con su guadaña curva y siniestra

A niños que padecen la pobreza

Como una prisión, una condena

Echados al olvido por las ciencias

Succionan en la aridez de los senos

Donde ni una gota se encuentra

Sólo el polvo de desiertos nuevos

Ningún telescopio sigue sus huellas

Son sólo noticias que a veces vemos.

III

Vuela lejos el ave migratoria

Anda, huye de los malos presagios

También es parte de su calendario

Pero es la vida lo que importa

El clima y las bestias la acosan

Sus nidos no puede consigo llevarlos

Toma sus hijos y vuela sin cansancio

Llega a otra tierra y recomienzan

Y así se van poco a poco los años

Y llega la vejez y la torpeza

La ceguera y el andar despacio

Y cuántas bestias aún nos acechan

En la tierra donde un día soñamos

Del último nido probar su tibieza.

III

Negro paño de noche estrellada

Millardos los ojos que te han visto

Ha medida que transcurren los siglos

Todo sigue intacto como si nada

Los Griegos vieron en ti reflejada

Sus vidas con sus destinos inciertos

Los dioses mostraron sus estamentos

En patrones de luces agrupadas

Y así nacieron los mitos del hombre

Las respuestas que tanto ha buscado

Para calmar el temor a lo incierto

Aunque la vida aún nos esconde

Secretos que nadie ha encontrado

¿Cuántos siglos pasarán sin saberlos?

IV

Mirando en el cuadro de El Bosco

Tentaciones y penas que al hombre

Acosan, vi mi rostro, oi mi nombre

Como condenado igual a otros

Temores que parecieran remotos

Y a surreales sueños corresponden

Alojan en mi cordura un desorden

Un estado mental que desconozco

Criaturas de espantoso aspecto

Viven en mis oscuros pensamientos

Como sombras de infierno dantesco

Que vuelve trizas mis vagos silencios

No sé si ya viví en aquel tiempo,

Si nazco en cada siglo de nuevo.

V

Es de la belleza el sedimento

Que al pasar de los años permanece

Más allá del rostro que envejece

Y del cuerpo que ya camina lerdo

La juventud se la lleva el viento

Que las hojas del calendario mecen

Y como gotas que desaparecen

Un año transcurre en un momento

Nos vamos haciendo viejos con el día

Que corre como loco en autopista

Y en el blanco de tu pelo brilla

Un amor que fue naciendo sin prisa

Y sigue creciendo aun en la orilla,

Borde donde acaban nuestras vidas.

VI

Tu sexo abierto a mis deseos

Aguarda intranquilo nuevos pasos

De mis manos que buscan tu regazo

La fuente donde mana mi sosiego

En la extensión de tu piel encuentro

El oro que enriquece mis labios

Que buscan en tus quejidos bajos

De un ángel desterrado sus lamentos

De nuestros cuerpos desnudos, agitados

El sudor mezclado entre los pechos

La húmeda caricia que en silencio

Multiplica placeres ignorados

Carne entre la carne, bien adentro

Abismo que buscan tus ojos cerrados.

VII

Un gato se desplaza sigiloso

Con su vocación de equilibrista

Al lado del vacío en la cornisa

El poeta sigue su paso cauteloso

Y la imagen trazada en sus ojos

Abre como en todo buen artista

Una nueva inquietud que precisa

Si guarda la sencillez un gran tesoro

Que hasta ahora fue ignorado

El valor del mundo de lo sencillo

Y de lo nunca bien apreciado

Si buscamos de lo grande el brillo

Nos cegamos al mundo cotidiano

Y perdemos de la vida su sentido.

VIII

Sangre inocente corre por mi patria

Como si fuese agua de otra lluvia

Gotas de roja sangre nos inundan

Hasta traer de nuevo la desgracia

Juegan con armas en su infancia

Niños descalzos que bien pudieran

Ser el buen futuro de nuestra tierra

Que les miró nacer con esperanza

Creyó el tirano salvar al mundo

Sin mirar que aquí en Venezuela

Se apagan vidas en segundos

Por la más cruel y cruda violencia

Lastima da verlo en sus cadenas

Incapaz de detener esta guerra.

IX

En esta noche donde el silencio

Muestra sus bien afiladas garras

Hiere mi corazón y se desangra

La fría soledad que da el destierro

La familia, los amigos, todos lejos,

Sufren como nosotros las distancias

Su cariño nunca se nos acaba

Ni el de los niños ni el de los viejos

Y lo llevamos como un tesoro

Que nunca nadie podrá expropiarlo

Aunque hayan intentado de todo

Para hacernos sentir separados

Somos todos de una sola patria

Aunque les duela mucho aceptarlo.

X

Los estudiantes con la frente en alto

Pasan por estas calles protestando

El gobierno los mira con desprecio

Saben que es bien difícil doblegarlos

Usan de todo para dispersarlos

Sus canales, radios y los diarios

Mas la universidad les ha enseñado

Que la libertad es un bien sagrado

Que no están dispuestos a negociarlo

Y salen sin miedo a demostrarlo

Enfrentando a la canalla ironía

A las balas de los becados de alcaldía

A las bombas de humo lacrimógeno

Al guardia que se arrastra cual gusano.

5 Comentarios

  1. Amigo, definitivamente la poesía no es lo suyo. Con todo, si sigue esforzándose de ese modo, puede llegar a ser el heredero de la corona de laurel de Graterolacho.

    Saludos

  2. Amigo Pescador,

    Su opinión tiene bastante acierto
    y quizá pudiese llegar al laurel de Graterolacho
    pero sapos y jaladores hay demás en el gobierno
    para intentar ser parte de ese relajo.

  3. Amigo, aterrice, usted está en el siglo 21 donde la poesía es libre. No la lee mucha gente y menos la rimada, pero es libre.

  4. Y si de todos modos lo que querias era imitar el estilo de esa epoca, pudiste haber empezado por ponerle rima consonante

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