Me llamo Juan y mi hija se llama Bianca. A mi hija la tengo secuestrada en el sotano de mi casa desde hace 20 años. Hasta ahora me ha dado cuatro hijos. Todos ellos deformes y contrahechos. Uno se murió anteayer y tuve que...
La última vez que nos vimos
lo único que intercambiamos
fue el resfriado que te robé.
Ahora que nos encontramos en piñatas,
con esas hijas tan hermosas,
tu marido ya no me parece tan imbécil.