Gezellig!

dos días cortos en la capital de Holanda

por Daniel Pratt

Amsterdam, es difícil determinar exactamente que es lo que hace de este un lugar tan particular. Puede que sean sus clubs o los burdeles, la cerveza heineken o las drogas, los canales o sus mercados, las bicicletas o los botes. Muy probablemente todo se reduce a su ambiente único de fiesta, las buenas vibraciones o, como los holandeses lo llaman, el intraducible gezellig.

Mundialmente famoso por su escasa disponibilidad de cuartos, el centro de la ciudad pareciese ser la sede de una convención permanente de morraleros. Después de llamar sin éxito alguno a mas de quince posadas, hoteles y pocilgas, decidimos caminar en busca de un lugar donde dormir. Uno de los aspectos negativos de llegar a Amsterdam en el medio de la noche es que la ciudad te recibe amenazante, entre criaturas de la noche, de sexo, raza y color indefinido, accidentes viales, putas y gritos, caminamos durante dos horas sin mucho éxito, nuestro grupo de siete despertaba risas y miradas de incredulidad en los propietarios. Caminamos de arriba a abajo por Damrak, la avenida que le da la bienvenida a los visitantes, extendiéndose desde Centraal Station a Dam, sin encontrar un lugar donde dormir. Finalmente, bien pasada la medianoche y gracias a los ruegos de LE y la cara de desahuciado de O, logramos que nos dejaran quedarnos en una habitación para seis personas, solo por una noche.

La ciudad de día
Al levantarse, Amsterdam es como una puta a la que le han caído a golpes toda la noche, a las siete de la mañana su aspecto es desolador: basura, jeringas, pitillos, vasos rotos y condones usados. A las diez ya está impecable, recompuesta y preparada para la fiesta de la noche. Temprano fuimos en búsqueda de nuestra habitación para la siguiente noche, un fuerte olor a mariguana y un cartel de "No Hard Drugs Allowed" nos recibieron en el Kabul Hostel (Warmoesstraat 38-42), al borde del distrito rojo. A pesar de las alfombras verdes de piso a techo, tenía un aspecto mucho mejor que el popular Flying Pig (Nieuwndijk 100). Al subir, conocimos a nuestros compañeros de dormitorio: seres que vivían a partir de las cinco de la tarde, habían decorado nuestra habitación con la mas surtida variedad de botellas, pipas y otros instrumentos indescifrables. Los inquilinos anteriores le dejaron a K, obviamente por error, una bolsita de mariguana en la almohada. Así como en los grandes hoteles del mundo dejan un chocolate, supusimos que en Amsterdam es completamente normal que le dejen a uno un paquete de yerba bajo la almohada.

Palacio Real, plaza Dam.

Las calles de la noche anterior eran otras de día, aunque la sugerencia al sexo no dejaba de estar allí. El monumento a los héroes en la plaza Dam es un claro homenaje al falo y al libertinaje homosexual y el hecho de que exista ese obelisco punta roma de veintidós metros rodeado de hombres desnudos en una de las dos plazas mas importantes de Amsterdam es lo que hace a esta ciudad única.

El mercado flotante de las flores (Bloemenmarkt) en el canal Singel, entre la Munt Plein y la Konings Plein, es un excelente lugar para ver por primera vez los tulipanes, deleitarse con olores y colores, comprar flores de recuerdo y quizás uno que otro kit para sembrar tu propia yerba en casa. La lluvia nos retuvo un buen rato en el mercado así que aprovechamos comprando semillas para llevar. Luego fuimos a comer al restaurante más lento del mundo. Mientras esperaba me dio tiempo de salir a la calle y comer las típicas Vlaam Frites (papas fritas), servidas en un cono de papel con una variedad de salsas. Ketchup te delatará como turista pues las frites se comen con mayonesa, vinagre o cualquier otra mezcolanza que preparen en tu puesto favorito.

El factor principal que impide que Amsterdam sea descartada como una ciudad puramente lujuriosa es que posee excelentes museos. Cuando se están pocos días en esta ciudad, como nosotros, hay que tomar decisiones como no visitar los Rembrandts del Amsterdams Historisch Museum y el Rijksmuseum o la casa de Anna Frank para favorecer al Museo de Van Gogh (Palaus Potter-straat 7, frente a la Museum Plein), parada obligada sin duda. Este deleite para los amantes del impresionismo muestra una evolución detallada de la pintura de Van Gogh, así como obras importantes de los pintores que lo influenciaron y aquellos a los que él influenció. Solamente la sala de estudio, con grabados, cartas, instrumentos y muestras multimedia, merecen un día entero de visita.

Luego, a la impresionante Bourse de Berlage, en Damrak. Este edificio, antigua bolsa de la ciudad, hospeda exposiciones temporales, en este caso, "The Living City", una exposición del Vitra Design Museum de la obra del arquitecto Frank Lloyd Wright.

Las casas estrechas son otro de los atractivos de Amsterdam. Antiguamente, debido a limitaciones en la disponibilidad de tierras para la construcción, los propietarios pagaban impuestos según el ancho de sus propiedades. Por esta razón, la mayoría de las casas en la ciudad son curiosamente angostas, altas y largas. La supuesta casa más estrecha del mundo, de un metro de envergadura, puede encontrarse en el No.7 de Singel, apenas un poco más ancha que la puerta. Por su curiosa conformación, las escaleras de muchas casas de Amsterdam están hechas a manera de escaleras de mano, por lo que los muebles deben ser subidos por la parte exterior del edificio. Por la misma razón, las ventanas se abren todas hacia afuera, las casas se inclinan un poco hacia adelante para no dañar la fachada al subir las cosas y la mayoría poseen una viga saliente en el centro del techo para colgar la polea. Algunos edificios se inclinan hacia un lado, no es a propósito, es la manifestación de un problema estructural que por lo general se soluciona encadenándolo al edificio de al lado.


La ciudad de noche

Sexo
Una visita a Amsterdam no está completa sin un paseo por el distrito rojo. Este vecindario, a lo largo de dos canales, el Oudezijds Voorburgwal y el Oudezijds Achterburgwal, en el triángulo formado por Centraal Station, Dam y el Nieuw Markt, tiene la más alta concentración de burdeles en Europa después del Reeperbahn de Hamburgo. Como cualquier ciudad o pueblo del mundo, Amsterdam tiene prostitutas. Como ninguna ciudad o pueblo del mundo, las de Amsterdam están en las ventanas, con luces rojas. De día, el distrito rojo es como cualquier vecindario, gente vive allí, trabaja allí, pasa por allí en camino hacia otro lugar, pero de noche se encienden las luces rojas y se inunda de toda clase de gente, la mayoría viendo, otros probando. A pesar de su nombre, este vecindario es relativamente seguro, aunque las prostitutas probablemente se enojen si se comete el grave y universal error de tomarle fotos o burlarse de su profesión.
Nadie debe tener miedo o apenarse de asomar la cabeza en una de las numerosas sex shops que abundan en Amsterdam. Además de ser en cierta forma divertidas, abren de par en par las puertas de la imaginación.
Los sex shows son el tercer atractivo del distrito rojo, desde demostraciones con los músculos vaginales hasta sexo en vivo, experiencias que por el precio justo, nunca podrán ser olvidadas ni contadas de vuelta en casa.

Drogas
No se deben confundir los coffee shops con un lugar en donde solo se puede consumir la infusión basada en la semilla del cafeto. Cualquier persona que monte un anuncio que diga "coffee shop" en su local está diciendo una de estas tres cosas:
1. Tengo yerba y hash a la venta (y algunos hongos quizás).
2. Por el precio de un café o una cerveza puedes sentarte y fumarte lo que traigas.
3. Puedes también fumar en mi terraza, inclusive en las narices de la policía.
Si en cambio, el lugar se llama solo "café", quiere decir "limítate a tabaco o serás mal visto".
Los coffee shops, lugares en donde se expenden "drogas suaves", comenzaron a ser legales, en vez de tolerados, en el año 1996. El gobierno holandés está convencido que el consumo de drogas es mas un problema de salud que un problema criminal y la legalización del expendio de drogas suaves permite diferenciar a los consumidores recreacionales de los junkies, facilitando en cierta forma las tareas de supervisión por parte del estado. Es posible que sea verdad, sin embargo, el gobierno norteamericano se queja porque mientras ellos tiran a la basura el equivalente al presupuesto anual de una nación del tercer mundo en la lucha anti-drogas, los holandeses legalizan la mariguana. Jacques Chirac se queja de que la legalización de las drogas suaves en Holanda ha aumentado la importación de estupefacientes a Francia. Cediendo ante las presiones, en los últimos años el gobierno holandés ha disminuido la cantidad de droga que una persona puede portar libremente. Puede que estas quejas sean justificadas, pero mientras los norteamericanos los enseñan a luchar contra las drogas podrían también darles unas lecciones acerca de como el gobierno gringo mantiene a raya la violencia en las escuelas. Así mismo, mientras Francia los enseña a controlar el tráfico de estupefacientes, podrían demostrarles el brillante método francés para la lucha contra el desempleo y las huelgas. Pensando en que al final nuestros campesinos en la frontera son los que se llevan la peor parte del negocio y en las dudas que suscita fumar mariguana sin un guía, nos conformamos con unas inofensivas chupetas de yerba que nos subieron el gafo a 3000, haciéndonos sonreír durante la siguiente media hora.

Techno y fast-food
Leidseplein es el centro de la vida nocturna de Amsterdam, esta plaza en forma de L compite con Dam para atraer la mayor cantidad de turistas. Leidseplein es el hijo bastardo de Times Square de Nueva York y Leicester Square de Londres, llena de tragafuegos, timadores y actores callejeros, tiene la mas alta concentración de cines, cafés, restaurantes y clubes de Amsterdam. Durante la primera post-guerra fue el sito de congregación de la vida bohemia de la ciudad, durante los sesentas fue el sitio de camping de "los grasientos", enemigos de los hippies de Dam. Hoy en día es un lugar de congregación de alemanes en shorts y el sitio de celebración por excelencia de las victorias del Ajax.

Esperando turno en Centraal Station
El señor Popo Ulricht en sus años de nitidez luchó contra los alemanes por la libertad de su país, seguramente su padre también luchó contra los padres alemanes durante la gran guerra y al igual que éstos hace treinta años, Popo esta viejo, difuso cargando en su bolsillo un peso intolerable de recuerdos, de resignaciones, de arrepentimientos por haber asesinado a los compatriotas de su abuelo, a sus vecinos en nombre de un gobierno que no logra compensar el horror. Ahora Popo anda contando su historia, con un par de medallas en el bolsillo, carcomidas por el tiempo y el tacto de los curiosos. Ahora Popo, cuyos potentes brazos manejaron un fusil de asalto y cuyas piernas corrieron a través de campos arrasados, apenas puede levantase del asiento cuando le toca su turno en la taquilla.

Hora de irse
Los holandeses disfrutan más la vida y se sienten menos culpables de sus placeres. Amsterdam es un experimento exitoso de planificación urbana, las soluciones a los grandes asuntos de cultura, crimen, comercio y transporte han sido cuidadosamente estudiados, debatidos y puestos en práctica aparentemente sin temor. Es difícil dejarla cuando uno comienza a acostumbrarse a su forma de ser, sin embargo, debíamos montar nuestro tren a Viena, de nuevo Viena, siempre Viena.

Consejos Adicionales
Idioma
Nuestro desconocimiento total del idioma no hizo mella, Holanda no es Francia y sus habitantes no tienen miedo de demostrar que hablan mejor inglés que el promedio de sus vecinos anglosajones del otro lado del canal.
Sin embargo, aprender a decir hoi (hola), lekker (delicioso), bedankt (gracias), tot ziens (nos vemos), sitúa a cualquiera a la cabeza del resto de los turistas y servirá para la mayoría de las situaciones en restaurantes, bares, cafés y el distrito rojo. Otras dos palabras esenciales son duwen (empuje) y trekken (hale), empujar una puerta que debe ser halada es estúpido en cualquier idioma.



Transporte
Los tranvías y las bicicletas son las mejores formas de transporte en Amsterdam. El tranvía número 20 pasa por todas las atracciones principales en su vuelta de 50 minutos por la ciudad. Comprar los tickets en el tranvía es una trampa para turistas, a menos que solo vayan a usarse una o dos veces, es mejor comprar un strippen-kaart, un talonario de quince tickets que venden en todas partes por la mitad del costo por viaje. Por lo general, los tickets los valida uno mismo al montarse y si uno se siente con suerte ese día, puede montarse sin pagar, sin embargo, la multa es veinte veces el valor del boleto, por lo que es un riesgo que solo los valientes de bolsillos profundos pueden tomar. El boleto por un día es sencillamente un robo, no vale lo que cuesta, pero los de dos o más días si resultan útiles.
Valdría la pena alquilar una bicicleta en temporada baja, cuando no haya mucha gente, para pasear durante las tardes tranquilas por la orilla de los canales de la "Venecia del Norte".
Bebida
En Amsterdam abundan las tabernas, las mas viejas y tradicionales son llamadas Bruine Cafés (Cafés Marrones), muchos con más de doscientos años de historia. Estos bares tienen dos particularidades: la ausencia de música y el marrón de sus paredes y techos por la edad y el humo del cigarrillo.
La cerveza se toma en pequeños vasos de cuarto de litro, con dos dedos de espuma dejados a propósito. Ordenar una grote bier de medio litro te señalará como un turista ignorante.




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